Algunas de las situaciones más frecuentes que probablemente requieran atención de un pediatra son:
- Fiebre en un recién nacido o lactante menor de 3 meses.
- Fiebre mantenida más allá de 3-4 días, especialmente si no se evidencia mejoría en el patrón de fiebre a medida que avanzan los días.
- Dificultad respiratoria o fatiga (retracciones costales, respiración abdominal o respiración más rápida de lo habitual).
- Mal aspecto general, decaimiento llamativo (sobre todo no coincidente con el pico de fiebre).
- Manchas en la piel que no se aclaran al presionarlas.
- Traumatismo craneoencefálico (golpe en la cabeza) con pérdida de conciencia, vómitos de repetición, somnolencia llamativa…
- Dolor abdominal importante, intenso, mantenido, que no mejora pese a analgesia habitual, especialmente si se localiza en la parte derecha del abdomen.
- Diarrea o vómitos acompañados de signos de deshidratación (mal aspecto general, mucosas secas como boca, ojos hundidos, etc).
- Convulsión.
- Sospecha de reacción alérgica, con aparición de lesiones en la piel especialmente si se asocia con dificultad respiratoria, hinchazón de labios, dificultad para tragar, vómitos...
- Ingesta de sustancias potencialmente tóxicas.
- Traumatismo con sospecha de fractura (deformidad local, dolor intenso, dificultad a la movilización local, …).
- Herida profunda que se sospeche que requiera puntos de sutura.
Les recordamos que nuestro servicio de Urgencias Pediátricas permanece abierto durante las 24 horas. Por tanto, si su hijo o hija presenta alguno de los síntomas mencionados les recomendamos que acuda al hospital para que pueda ser valorado.