El orden de aparición también es diferente para cada bebé, habitualmente salen primero los incisivos centrales inferiores, luego los superiores, a continuación los incisivos laterales de abajo y luego los de arriba. Entre los 13-19 meses aparecen los molares (abajo y arriba) y por último los caninos. En total los niños tienen 20 dientes: 8 incisivos, 4 caninos y 8 molares. La dentición temporal suele estar completa a los 3 años y nunca hay premolares. La dentición temporal es tan importante como la definitiva, ya que si se pierde alguna pieza dentaria demasiado pronto, puede desplazar la erupción dentaria de los dientes definitivos y alterar la posición dentaria o la mordida, precisando tratamiento de ortodoncia en un futuro. La primera visita al odontopediatra es recomendable a partir de los 12 meses, si ya han salido las primeras piezas.
A partir de los 4 meses en la mayoría de los bebés empieza el babeo. Esto ocurre porque es cuando se produce el desarrollo de las glándulas productoras de saliva y ellos aún no son capaces de tragar toda la saliva que producen. Aunque a veces coincida con la aparición de algún diente, es un proceso independiente. No debe preocupar que en este momento tiendan a introducirse el puño en la boca o morder objetos, es una fase normal de su desarrollo.
No está demostrado que la salida de los dientes cause dolor, puede ocasionar una leve molestia. No atribuya a la erupción dentaria si su hijo presenta fiebre por encima de 38ºC mantenida, vómitos, diarrea o decaimiento, debe acudir al pediatra para su valoración. Existen múltiples remedios para tratar de calmar ese malestar que a veces tienen. Se puede ofrecer algún analgésico como paracetamol o ibuprofeno (este último a partir de los 3 meses de edad). Estos fármacos no se deben administrar sobre la encía, se debe dar la dosis correspondiente vía oral. También pueden resultar útiles los mordedores o enfriar el chupete, incluso se puede realizar un masaje en las encías con el propio dedo limpio. No son aconsejables los geles que contienen benzocaína porque pueden producir un problema en la sangre (metahemoglobinemia) ni tampoco los collares de ámbar por el riesgo de asfixia.
Recordad que el chupete se puede usar pero se debe intentar retirar a partir de los 18-24 meses para evitar deformidades del paladar y en la erupción dentaria. Hay que disminuir el contacto de los azúcares en los dientes, así como evitar dormir al niño con un biberón de leche u otro líquido azucarado y no mojar el chupete con azúcar, zumo, miel, etc para evitar la producción de caries.
Los primeros días después de nacer se debe crear el hábito de limpiar las encías con una gasa húmeda o dedal de silicona. En el momento que aparezca el primer diente se debe empezar la higiene dental. El cepillo será de cerdas blandas y mojado en agua, a no ser que el pediatra indique poner un poco de pasta fluorada, cantidad no mayor de un grano de arroz, si el niño tiene riesgo aumentado de caries. A partir de los 3 años la cantidad de pasta debe ser la equivalente a un guisante y hasta los 6 años se debe usar una pasta que contenga 1000 ppm de flúor. Se deben limpiar dos veces al día y recordad que no deben tragar la pasta de dientes.
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