El corazón de los niños y niñas va más rápido que en los adultos por lo que es bastante frecuente que se oigan con mayor facilidad este tipo de soplos. Sobre todo en situaciones donde el corazón va más rápido, que suele producirse al practicar deporte, cuando están nerviosos o simplemente al cursar alguna enfermedad.
Dado que los soplos funcionales no esconden ninguna enfermedad, porque forman parte del funcionamiento normal del corazón del niño, se puede seguir practicando deporte sin problemas. El problema es cuando se trata de otro tipo de soplos, que sí implican algún problema en el corazón.
Diferenciar un soplo de otro requiere de una habilidad que no todos los profesionales tienen. De hecho hoy en día donde la mayoría de reconocimientos deportivos incluyen sólo una exploración física y son realizados por médicos de adultos, son insuficientes para la detección de las anomalías cardiovasculares en los niños y niñas. Así que si alguien ha auscultado un soplo a su hijo o hija y practica deporte sí que está recomendado realizarse un estudio cardiológico.
Además, es importante que en el caso de que se tratase de niños, niñas o adolescentes el médico responsable del reconocimiento debería tener demostrada aptitud en la valoración cardiovascular específica para este grupo de edad, siendo fundamental un profundo conocimiento de la interpretación del electrocardiograma y la ecocardiografía.